Cae el esquisto

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Por: Miguel A. Jaimes N.

Hasta ahora ningún país del mundo había tenido la oportunidad industrial en elevar su producción anual en un millón de barriles de petróleo de un solo tajo como lo acaban de hacer los Estados Unidos de Norteamérica. Todo ha sido atribuido al factor del auge del petróleo esquisto el cual llevó a un enorme incremento en la producción en el propio terreno norteamericano y contribuyó a la caída en más del 50% de los precios del crudo desde el 14 de septiembre del 2014. Pero los productores que lideran el resurgimiento en esta producción son los operadores más pequeños, ellos están quebrando y los grandes los están comprando.

En EE.UU. operan los campos petroleros lentejas. Son unos 600 mil pozos que diariamente producen entre cuatro a diez barriles de crudo, esos están en manos de unas 200 mil familias y tienen costos por barril cercano a unos 30 dólares por barril.

Ahora las financieras que invirtieron en el “crudo difícil” presionan para tratar de mejorar los rendimientos después de años de un alto costo de inflación. Saben que muchas cosas han pasado como la conspiración financiera de la Enron y la prolongada crisis inmobiliaria y de las principalísimas marcas de vehículos, pero todo esto pudiera repetirse de nuevo, por eso todas han reducido sus gastos de capital y despiden a sus trabajadores.

Wood Mackenzie es una consultora petrolera y en su informe predice que los presupuestos de exploración de toda la industria se reducirán 30% en el 2015 tras la estrepitosa caída de los precios del crudo.

Pero no fuera mala una simple disminución en las reservas, lo catastrófico está en que las mismas no son sustituidas en los anaqueles de la espera por explotar. En lo extraído no hay vuelta atrás, se quema y punto. Las reservas probadas para los cinco grandes caen, aunque aumentaron en relación a los años 2010 a 2014 de 12,6 a 14.1 sin embargo todos saben que están cayendo.

Los barriles sumados, el gas natural licuado y las arenas bituminosas de Canadá y de Venezuela representan parte sustancial de las reservas sumadas recientemente, tienen una mayor vida que los descubrimientos de crudo dulce, los que contienen menos azufre, estos en su calidad API son extrapesados, en el caso de Canadá la situación es más delicada con sus arenas pues para obtener un barril de petrolero hay que craquear cuatro toneladas de tierra mojada con petróleo.

Si bien este ritmo de los descubrimientos es muy decepcionante para las tablas y análisis de las principalísimas bolsas de valores del mundo, a esto hay que sumársele el altísimo costo de inversión en su extracción. El alto gasto de exploración y producción de los años previos mejoraron la longevidad del portafolio, dice Tom Ellacott de Wood Mac.

La tasa de reemplazo promedio ponderado estará en las reservas orgánicas pero solo para un grupito un tilín más amplio, donde desde ya van incluidas Eni de Italia y la noruega Statoil, quienes sin embargo cayeron desde los niveles del 2011 de casi 200% a 104% en 2014. Toda esta catástrofe aun cuando su nivel promedio saludable es de 147% en los últimos cinco años, todo mostrado por las estimaciones de la firma Wood Mac.

El crecimiento es más lento que las estimaciones incluidas las de largo plazo las cuales pueden ser consistentes en una estrategia neoliberal: inundar el mercado mundial de crudo «mayor valor sobre volumen» hasta convertirlo en el mantra de la industria en un contexto de la menor demanda de crudo y la fuerte caída de los precios del petróleo. Si el costo de desarrollo de reservas aumenta y el crecimiento anual de demanda se prevé que se reduzca a menos de 1%, entonces; ¿por qué sigue el gasto en miles de millones de dólares en las compañías para adquirir activos?

Por otra parte, este año es probable que veamos algunos de estos grandes grupos, entre los que se encuentran Chevron y Total, aumentando la producción mientras van llegando desconocidos planes.

El crecimiento en producción, después de años de grandes gastos, recibirá una bienvenida de los inversionistas que están ansiosos por dividendos más estables. El recorte de costos de capital, mientras muchos grupos lo hacen como respuesta para la caída de los precios del petróleo; la producción debe aumentar y los costos de desarrollo por barril deben caer. Cualquier momento de las reservas sólo es parte de la historia.

Aun así, a menos que las grandes petroleras reviertan la caída en descubrimientos con el tiempo necesitarán encontrar otras formas para aumentar sus reservas. Una forma es lograr acuerdos con gobiernos que le permitan a los grupos apartar las reservas probadas, como le hicieron Total y Shell con el campo Libra de Brasil. La licitación de México de las participaciones en alta mar será una gran oportunidad por venir.

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